jueves, 23 de octubre de 2008

De ratas y otras alimañas

Cuando en el pico de su enojo el Presidente García llamó con el nombre del roedor más famoso del mundo animal a los protagonistas del petroescándalo que le estalló en la cara a los apristas y a todo el país, hace un par de semanas, el mismo mandatario seguramente no imaginó las posiciones que llovieron luego sobre el uso del referente, al margen de las indignaciones lógicas sobre el propio episodio de corrupción.
“Bieto” Quimper ha rechazado el comparativo; pero no vale, no puede ser juez y parte (aunque ya quisiera ser juez del ilícito del que fue parte). Jaime Bayly le ha restado autoridad a García Pérez para usar la analogía y ha extendido una propia: frente a las ratas, el presidente sería una muca o un ronsoco, roedores de mayor tamaño que una rata. Exceso del escritor, uno más, pero también una falta de reparo en el sentido transliteral que el vocablo “rata” busca.
Aludir a un roedor más grande no representa una relación proporcional a las adjetivaciones que supone usar “rata”. Para la Academia de la Lengua, sólo ella, ningún pariente cercano o lejano alude lo que le reserva la cuarta de siete acepciones del diccionario: “Persona despreciable” (salvo pericote que, sinónimo de ratón, no aparece en el diccionario aún con el figurativo de ladronzuelo que le damos en el Perú). El sexto significado va por “ratero”, es decir un derivado, “ladrón que hurta cosas de poco valor”.
Con la acepción autorizada, “ser rata” en Hispanoamérica -en algunos países más que en otros- pasa desde ser un sinvergüenza a la mala, un delincuente de mayores, a un traidor de amplio espectro. ¿Usó mal el término el Presidente?
En occidente, como animal símbolo, la rata tiene mala reputación a diferencia de oriente donde llega a formar parte de tradiciones de culto. En India se le venera y los hindúes se permiten en ciertas fechas comer con ellas -perdón, después de ellas- en ceremonias abiertas. Los chinos han hecho de la rata una de sus doce deidades de su zodiaco, en alusión a su agilidad e inteligencia.
Pero para Europa la rata ha sido trasmisora de la peste negra en el siglo XIV y el principal devastador de sus despensas primero en los feudos, luego en las ciudades y más tarde en los barcos con los que se cruzó a América. Si sólo la peste mató en un momento dado de la historia a las tres cuartas partes de Europa, es casi comprensible que la rata goce de tanta mala imagen.
Ni Mickey Mouse ni Ratatouille, pasando por Ignacio, ratones, en todo caso, han podido contravenir con unas relaciones públicas más bien recientes (Miguelito tiene poco más de 60 años, apenas) lo que más de siete siglos han hecho en contra de la rata.

No hay comentarios: