sábado, 29 de noviembre de 2008

Poderes sobre la prensa

Si es cierto que tras la separación de Augusto Alvarez Rodrich del diario Perú 21, mismo que encumbró en escasos cinco años a un sitial referencial en defensa de derechos humanos periodismo de investigación y lucha por la democracia, ha habido un poder político presionando para desbancarlo la tarde del viernes 14 de noviembre, si fuera cierto decimos, no sería la primera vez que en el país, vuelan cabeza por órdenes de este tipo.
En la prensa como los círculos de poder todavía se especulan sobre lo que pudo ser más que un rumor, el que un entonces entrante Presidente García haya pedido a inicio de su gobierno de 1985 la salida de Panamerica TV del joven Jaime Bayly –iniciado en las irreverencias que serían su sello en adelante- por haber sugerido que el electo mandatario tomaba cierto medicamento para esquizofrenia. Uno de los vladivideos que explotaron en la cara del pueblo peruano para la abrupta defenestración del régimen fujimontesinista muestra a un Genaro Delgado Parker ofreciendo la salida de su canal, también Pantel, del periodista top del momento, César Hildebrandt.
O sea, precedentes hay. Pero no siempre las formas son así de directas, contundentes. En “El Precio del Silencio, Abuso de publicidad oficial y otras formas de censura indirecta en América Latina”, Informe conjunto del Open Society Justice Iniative y Asociación de los Derechos Civiles, presentado este año, se da cuenta –como el titulo lo adelanta- de una serie de prácticas en las que el poder política mete sus narices para que el periodismo le sea favorable con comentarios auspiciosos o se calle la boca en siete idiomas.
La investigación, cualitativa, fue aplicada por equipos multidisciplinarios en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, Perú y Uruguay. De nuestro país resalta cómo entre 2006 y 2007, el ministro de Vivienda utilizó contratos publicitarios gubernamentales para “comprar” una cobertura favorable a su ministerio y a su persona en tres periódicos y el presidente se negó a condenar tal abuso. Pero el informe es más rico en casos similares, en los que gobiernos locales y regionales del Perú dispusieron de fondos de publicidad oficial para obtener el favor periodístico. Sabido es, por ejemplo, como sobre todo en radio provinciana se factura a favor de periodistas que luego son blandos con quienes les otorgan esos contratos.
“Tales abusos, que hemos conceptualizado como `censura indirecta´ o ´sutil´, no son totalmente nuevos. Aquello que los diferencia de otras violaciones más obvias y frecuentemente documentadas –tales como acoso judicial o actos de violencia e intimidación contra periodistas– es que en gran parte permanecen invisibles para el público en general, mientras proyectan una amplia e insidiosa sombra sobre la libertad de expresión.”, reza el resumen ejecutivo.
Lord Acton resumía por qué hay que tener cuidado con esas relaciones peligrosas: “El poder tiende a corromper”.
*Director de Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Señor de Sipán

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