miércoles, 24 de septiembre de 2008

Cómo cazar un otorongo

Rosa María Palacios ha comenzado cruzada a partir una columna en Perú 21 hace dos sábados. Amparada en la Ley de Acceso a la Información Pública, pidió con candidez –como reconoce- el registro y documentación de los gastos de cuatro congresistas. Por supuesto no hubo respuesta, o sí la hubo pero negando el pedido por “una supuesta auditoría”.
A partir de su desazón, la archiconocida abogada, ha insistido de viva voz durante la semana pasada en su programa televisivo que los ciudadanos interesados en ejercer su ciudadanía envíen una solicitud al Congreso pidiendo cuentas a algún congresista, mejor si es el que uno votó.
William Vásquez, blogger de "El Paki", ha aprovechado las posibilidades de interacción de la blogósfera y ha echado a correr una iniciativa en cuatro pasos sencillos: 1) Escoger un congresista, 2) Envíale la carta (mejor dejarla en Mesa de Partes del Congreso pero no se descartan otras vías), 3) Poner en el propio blog un banner para lo que Paki facilita una plantilla. 4) Publicar cada semana un post de seguimiento en el blog.
Se ha sumado otra parte del periodismo. Y la respuesta ha sido un cierrapuertas. Perú 21 ha pedido información de cinco parlamentarios. Le han respondido cumplido el plazo de Ley alegando “reserva”, a todas luces una violación, pues no se basa en ninguna excepción establecida en la Ley.
Con eso, ahora hay más sobradas razones para dudar de los parlamentarios (52% tiene denuncias por ilícitos, de acuerdo a la Comisión de Ética del mismo Congreso). Pero aunque incluso sobre las dudas, los ciudadanos tenemos el derecho y el deber de fiscalizar a nuestras autoridades, de ejercer el control, de pedirles cuenta de sus actos.
Un documento de la defensoría del Pueblo nos recuerda: ”la vigilancia ciudadana es una forma de ejercicio de la ciudadanía, de llevar a la práctica un derecho y una responsabilidad de las personas que pertenecemos a una sociedad y un estado.” Como recuerdo haber leído en otro texto, a la ciudadanía y la democracia hay que conquistarlas, hacerlas nuestras día a día.
Yo, confieso, me he subido al carro de la periodista y el blogger. Y he subido conmigo a una mancha de inquietos alumnos de la universidad. Hemos apuntado a los cinco congresistas de Lambayeque pero tenemos fuerzas y frente en alto para apuntar a algunos otros de regiones próximas.
No vamos a tener que viajar a dejar solicitudes de información, sobre todo de los gastos operativos. Usaremos el fax nomás y esperaremos respuesta. El tiempo que establece la Ley. Luego veremos. A lo mejor –tenemos esperanza- el otorongo al final no es tan fiero como lo pintan.

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