lunes, 23 de junio de 2008

BESOS ROBADOS

De boca a boca, de boca a mejilla, el beso y las húmedas polémicas que en pleno siglo XXI todavía ocasiona.

Richard Gere le robó un beso a la hindú Shilpa Shetty y se armó el chongo. Muy Hollywood, el rompecorazones de mentira de la mujer bonita, se olvidó que estaba en Bollywood, la meca del cine indio, a la sazón más millonaria que la sede gringa, tomó a la diva india por los brazos y quiso reeditar el clásico chape que inmortalizó para la foto a Clark Gable y Vivian Leight, mismo que hace unos tres oscar, regalaron a los flashes los contemporáneos Adrien Brodie y Halle Berry.

De Musset había escrito que “el único idioma universal es el beso”. Pero nunca ha sido así. Los besos han significado siempre diferente de acuerdo a la sociedad que los acoja. Por eso hay modos y valores distintos –y hasta distantes- en los besos que se dan los esquimales y los rusos, los franceses y los italianos, sólo por citar.

En India ha pasado eso con el beso de Gere a Shetty. Ella ha salido a su defensa; sus compatriotas no han aceptado razones. “Entiendo que esa es su cultura, no la nuestra”, ha argumentado. Pero las protestas han tomado calles de varias ciudades indias, de Mumbay a Varanasi, el centro más sagrado del hinduismo. Y fue sólo beso en las mejillas.

Si ha habido alguna valoración universal erótica del beso, esa carga ha cambiado también. El beso ha pasado a ser un recurso manoseado, públicado y publicitado, en contraposición a su vocación intimista, reservada y seria con la que se entiende desde la relación pasional, al menos para un buen porcentaje de la humanidad.

Esa sobreexposición.es culpable en buena parte de la desacreditación del beso. Sobre todo, los besos que no se esperan por reservas a propuestas exclusivamente heterosexuales. Se han para el escándalo Maradona con Caniggia, y luego “el diez” repitió plato con el actor Colin Farrel; Madonna para un show del MTV besó por partida doble, a Britney Spears y a Christina Aguilera, y la desaparecida página web de CNN en español tituló de antología: “La maestra del escándalo da una lección de mala conducta a sus dos más aplicadas alumnas”. En el Perú, los besos de Bayly a famosos entrevistados de ambos sexos le valieron un discutido distintivo como animador de la tele latina.

En realidad, los tiempos actuales prestan un escenario dicotómico para el beso. Por un lado, hay sociedades y círculos donde éste como otras manifestaciones de afecto quedan prohibidas desde su premisa de puertas a lo erótico (hay escuelas, universidades y centros labores donde está reglamentado “no besar”); pero hay otras culturas tradicionalmente más cerradas a mostrar afecto, como las orientales, donde se ponen en marcha talleres para abrazar, apapachar y, claro, besar.

En Mujer Bonita (Pretty Woman, 1990) de Gary Marshall, Vivian o Julia Roberts es seducida por su contratante, Edward Lewis (Richard Gere) quien toma los servicios de la prostituta, casi accidentalmente, por unos días. Ella es contundente sobre lo que entiende por amor físico, materia del trato: puede hacer todo lo que le pidan -y sobre la imaginación para eso- menos besar porque teme por ello llegar al amor. Pero al final se traiciona y le roba al millonario que encarna Gere finalmente un beso cuando cae rendido como consecuencia de su encuentro. Un siglo antes H.H. Boyesen habría podido haber escrito esa parte de guión: “Y cuando mis labios encuentra los tuyos / tu propia alma se une a la mía”

Alphonso de la Luna

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