lunes, 23 de junio de 2008

TÚ SÌ , TÚ NO

Los extremos a los que lleva el no tan sencillo ejercicio de elegir

Era una mujer de novela. La delineó Milan Kundera. En sus laberintos existenciales debía decidir. No le era sencillo y así se confesaba. Pero debía hacerlo y lidiaba con eso desde su trabajo de seleccionar personal. Tenía dos opciones: elegir a alguien con quien simpatizara o elegir a alguien preparado (a) para el cargo. Su proceder traspasaba soluciones éticas: una vez hacia lo uno; otra vez, lo segundo.

Elegir no es sencillo. Supone proceso amén de costos. El filósofo vasco Fernando Savater ha aclarado que elegir se corresponde con un nivel exclusivamente ontológico. Corresponde al ethos, o yo personal. Se enmarca así en la libertad, ejercicio de gestación individual. Pero acarreará siempre elementos sociales, partiendo de lo más cercano, lo que más queremos; la familia o los hijos, por citar.

En Guerra de los Mundos (Spielberg, EE.UU. 2005), Ray Ferrier (Tom Cruise) se debate en una crisis ante sus hijos Robbie y Rachel, a quienes visita por rutina ya que es padre separado. El hijo, ya un adolescente, pretende seguir solo los vericuetos de una invasión alienígena, ante la obvia negativa proteccionista de papá, que por otro lado ve que su niña menor es jalonada por una pareja de extraños que la creen abandonada en ese desconcierto que debe de ser todo campo de batalla. Ray elige a la hija, gusta a la platea y coincide con el pensamiento occidental.

Más de 20 años antes, Alan J. Pakula dirigía la La Decisión de Sophie (EE.UU. 1982). Meryl Streep, en magistral performance que le vale un Oscar, encarna a una polaca mayor, marcada por las duras decisiones tomadas durante su vida, en plena invasión nazi. La dramática decisión de Sophie, desagregada tras intensa trama, fue esta: tuvo que elegir entre salvar a su hijo o a su hija cuando un par de soldados del Reich la conminan ante esa macabra disyuntiva. Con los precedentes de su cultura judía (la heredad del varón, la preservación del apellido, etc), la decisión, muy a su pesar, inclinó la balanza a favor del muchacho… Sophie no se lo perdonará jamás.

En el “Valor de elegir”, su magistral ensayo, Savater, plantea que el decidir, como construcción inherentemente humana ligada a la libertad, se da en una vertiente de acontecimientos que producen consecuencias de todo tipo tanto para el elector como para su entorno. Nada más cierto: Tanto Sophie como Ray asumen sus elecciones, ya para maldecirlas de por vida o para congratularse con ellas. “Siempre hay que elegir el menor entre dos males”, anotó Tomas de Kempis. A veces, dilucidarlo es lo difícil.



Alphonso de la Luna
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