lunes, 23 de junio de 2008

Este mundo va

Por: Luis Alarcón Ll.*

Buena parte de los grandes cambios de percepción y reacción que se viven hoy en día se deben a la Internet, a lo digital, lo virtual. Si el mundo no es más tan “inmóvil” como hasta 50 años o cien, allí hay una causa… o un culpable. Las formas de convivencia, la tecnología, las relaciones personales y las institucionales fluyen y se superponen de un modo como en ningún otro periodo de la historia, y de eso apenas estamos siendo concientes porque todo, precisamente, ocurre tan rápido que apenas nos da tiempo para la reflexión.
Un informe de enero de 2007 de la consultora de tendencias online e-Marketer, nos datea que unas mil ochenta millones de personas navegan por Internet en todo el planeta. Eso es el 16.6% de la población mundial. EE.UU va a la cabeza en número de usuarios, y es uno de los países que lidera también en cifras relativas; aunque Corea del sur con el 70.5% de su población sea el país que porcentualmente más se conecte a la red. En realidad, la media porcentual para los que no están en récord (la lista se centra en 15 países) es de 16.6%. Perú está en ese “los otros”, y tiene según Osiptel, un 17% de usuarios en relación a la población nacional.
Pero la reflexión va por otro lado: cómo la Internet y todo lo que ello significa influye y ha determinado toda la existencia de ese amplio casi 83% mundial, y también nacional, que aun no tiene acceso o simplemente no usa la red. O sea en otras palabras: la red penetró incluso ya la estructura social de una mayoría de humanos a partir de una minoría. Paradójico.
Hace unos días, en un seminario taller sobre metodología de la enseñanza de la comunicación, al que fui invitado, Mario Gutiérrez, investigador del fenómeno de lo digital desde lo audiovisual, sentaba cómo sobre todo los jóvenes –curiosamente el grueso de sus navegantes frecuentes- han visto respaldado su ritmo de vida con la velocidad virtual que supone Internet. “Hoy los jóvenes viven el “antes de”. Antes de terminar el colegio, ya pueden haber ingresado a una universidad; antes de haber terminado la universidad, ya están trabajando; antes de casarse, ya tienen hijos...”, nos divertía en una sucesión en cadena.
La red de redes es la tecnología de penetración más potente de la historia: tardó menos de cuatro años en lograr sus primeros 50 millones de adeptos cuando a la radio y a la TV le costaron 38 y 50 años, respectivamente. Y su crecimiento e influencia conoce apenas la punta de un iceberg, a decir del promedio de los analistas.
Aunque aun, como se lee a partir de las cifras, no es masiva ni totalmente democrática, hay que estar listos mal que bien para cuando lo sea. Uso una letra de una canción de Bosé para pedirle a nombre de todos una tregua: “El tiempo pasa y no de largo y hay quien no se entera (…) dame al menos el tiempo que respire (…) dame al menos el tiempo de despedirme”

*luisalarconll@gmail.com

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