lunes, 23 de junio de 2008

Tres tristes tigres

Por: Luis Alarcón Ll.*
Son grandes y sus públicos, los ven con admiración. Desde su pedestal de figuras luminosas, la vida del resto de mortales es acaso una experiencia inacabada, fofa, poco atractiva. Entonces la suya la han rehecho con ayudaditas de mucho alcohol, estupefacientes, y otras sustancias que al final han terminado por destruirlos de a pocos. Los últimos quince días el mundo y el país, han recibido la lamentable noticia de que tres de sus ídolos mayores, procedentes de distintas canteras -el pop, la literatura y le fútbol- se han caído fuerte. Y como estaban muy alto, mucho más dura ha sido la caída para Britney Spears, Alfredo Bryce Echenique y Diego Armando Maradona.
Rubia a lo barbie, pininos en el Club de Mickey Mouse, la princesa del Pop –voceada como heredera de la Reina, Madonna, con quien se besó para el escándalo en un show del MTV- inició su carrera adolescente en 1999. Sexy, pero con la voz a medias, la Spears ha vendido 100 millones de álbumes, y se ha llevado varios Grammys a su mansión en Manhattan. Parte de sus millonarias entradas las ha usado en procurarse bodas y divorcios vertiginosos, salidas nocturnas a las discos más in, y los últimos ocho meses, en terapias de rehabilitación por drogas y alcohol. Hace unos días confesó que su cruz la llevó por dentro desde los 16 cuando se inició en una práctica nefasta: la bulimia.
Bryce (Lima, 1930). Peruano de exportación. Autor de libros impostergables como Un Mundo para Julios. Dipsómano confeso con vodka en mano. El escritor ha caído en desgracia mayúscula, cuando, pruebas al canto, ha sido desenmascarado como un plagiador de líneas mayores, y un tonto menor, porque ese ejercicio, el de plagiar nada menos que en El Comercio, se esperaba a estas alturas de su partido en las letras, de quienquiera con menos inteligencia para creer que en tiempos de comunicación en tiempo real y al golpe de un clic del mouse iba a pasar piola sin que nunca se le descubriese. Pero el hiriente se ha mostrado herido: ha renunciado al diario que lo acogió y ha anunciado que luego dará explicaciones. Tendrán que ser muy buenas.
"El Diez" o "Pelusa" es considerado el mejor jugador del Siglo según votación realizada en la web de la FIFA. Mundial Juvenil de 1979, y Copa Mundial de 1986, Maradona pasó del Boca al Milan y cruzó charco y superó pobreza. Procedente de un barrio menor, chiquito nomás, el Diego se hizo grande desde el balón. Nadie lo bailaba tan bien como él en una Argentina donde el fútbol te puede llevar bien alto. Pero a él la cocaína lo llevó bien bajo. Retirado de la blanca, hace unos días se supo que recayó por enésima vez. Su médico ha dicho otra cosa. Nadie le cree ya, como en la fábula del lobo.
¿Por qué ocuparnos de estas tristes tres grandes caídas (o recaídas)? Porque se trata de ídolos y lo que hagan tienen una repercusión en quienes los admiran, les siguen sus huellas, los ven como ejemplo. O los vieron al menos.

*Director de Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sipán

luisalarconll@gmail.com

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