lunes, 7 de julio de 2008

¿Bienvenida Primavera?

Mañana domingo 23 de septiembre debería empezar la esperada primavera. Debería, y ya no sabemos si como estación significará lo que en años anteriores. O sea, un cambio de temperaturas hacia algo más cálido… y con ello todas las connotaciones románticas que supone. Ya en este invierno, este clima se ha portado fatal y no vamos a abundar en detalles de cómo el friaje en zonas andinas sobre todo a matado gentes y bestias y lo ha alterado todo mucho más que en épocas pasadas.

Demos la vuelta al asunto: no culpemos al clima. Sino a nosotros por hacerle de a pocos, o de mucho, un daño al planeta que ahora lo único que hace es resentirse. Pongamos un ejemplo parcialmente peruano: lo que ocurre con el Amazonas. Al año, de acuerdo al ambientalista e investigador Antonio Brack, se depredan tres millones de Hectáreas de su cuenca, 150,000 en Perú. Hoy el río de ríos, y sólo en el país, tiene 10 millones de hectáreas depredadas, el 80% degradadas o inútiles.

Este clima loco es la factura –en parte- de lo que le hemos hecho al Amazonas; pero también de lo que hacemos con los aerosoles, la emisión de gases desde los autos, los residuos sólidos puestos en montón porque para nosotros es más fácil llamar a todo lo que usamos sólo “basura”, y etc... Un artículo en una revista otrora encasillada en frivolidades para hombres, conmina en su edición de septiembre a 12 pasos sencillos de lo que hacer para remediar desde nuestra posición individual mucho por el planeta, entre ellos compartir el auto, organizar fiestas “verdes”, sembrar un árbol, claro, usar chompas en casa (y así no el calentador) y otras más.

Dicen que Dios es peruano. Parece que la naturaleza también. Y es que desde acá, respecto al resto de América, las cosas son mucho más “verdes”. Según United Nations Framework Convention on Climate Change, en cifras que toma Gatopardo, tenemos con el promedio anual de 68,039 mt3, menos problemas de agua que los de la región, donde México sólo tiene 4,136 y Argentina, 9721. Aun nuestra área boscosa es grande y ocupa el 50.9% del territorio nacional (sólo tras de Venezuela) y tenemos el nivel más bajo en la región en emisiones de ozono, calculadas e 29,564 toneladas métricas por año, en contraste evidente con México y Argentina (424, 281 y 138,288, respectivamente)

Gestionar el medio ambiente y educar en torno a él es cada vez un ejercicio que no puede ser visto más como la exquisitez de unos pocos. Con una línea sensible y de acción sobre el tema, el doctor Augusto Aldave Pajares, de la Universidad Cesar Vallejo, observa en sus “Lecciones de Educación Ambiental”, que esto “representa un proyecto pedagógico multidimensional a través del cual debe ser factible generar y consolidar nuevas prácticas de convivencia y solidaridad humanas como fundamento de una sociedad que garantice la conservación y la calidad de las realidades ambientales”. Exacto: es por el planeta, también por nosotros.

*Director de Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Señor de Sipán

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