sábado, 26 de julio de 2008

CALATA SOBRE CABALLO Y CORCEL

Sobran los delitos de mayor tamaño como para que desde el Ministerio de Justicia, el Ministerio Público, varios abogados independientes y un sinnúmero de moralistas advenedizos como respetables, se ocupen de la calatería de Leysi Suárez.
Bailarina, cantante, modelo, nudista, ojo de la tormenta por haberse metido a una travesura irreverente, en un cóctel que combina a mujer-patria-moral-derecho-ley-espectáculo, la Suárez, sin nada más puesto que unas gotas de perfume, ha conseguido tras su eventual sesión de fotos para una revista novísima, voltear a todo el Perú patas arriba a escasos días del 28 julio. Nadie por ejemplo mira el negocio que se quiso con el desnudo (gráfica explotación sexual) , me advierte una consultora en términos de feminismo.
Sentada sobre el pabellón nacional encima del lomo de un caballo de pelaje almibarado, la Suárez, 20 añitos, flor abierta al mundo, habría ido más lejos de lo pensado. Ministra de la Mujer y varios fiscales le ven la interpretación auténtica a un código penal ambiguo, impreciso, para castigar su “irrespeto” a los símbolos patrios. Cuatro años podrían encerrarla, alegan, y que todo se difunda en los medios porque es eso, show, y el show debe continuar.
Pero va a ser difícil, han analizado cuando les he consultado, varios expertos en constitucionalismo y derecho penal. El código penal habla de “ofensa, ultraje, vilipendio y menosprecio”, y esos términos pueden ser, para calificar actitudes o conductas, bien subjetivos. “Primero habrá que probar cual fue la intención del desnudo; y ver si hubo dolo”, me advierte un abogado. Visto así, la Alma Bella podría argumentar “otras intenciones”: pasión por el arte, por ejemplo o sentar que ésa es su forma creativa de “ofrecer sus votos” a la Patria
El desnudo tiene con el “irrespeto” a los símbolos patrios relaciones esporádicas y difíciles. Pero las tiene. El poster de la cinta Larry Fint (1996) muestra al actor de la cinta de frente y manos abiertas, envuelto a manera de calzoncillo con la bandera de los EE.UU. Madonna, en un concierto en Panamá a fines de los 90, se pasó la bandera de ese país entre las piernas. Paulina Rubio en año pasado apareció en la versión española de Cosmopolitan desnuda también cubierta sólo con la bandera mexicana.
Debe Leysi Suárez -y es un consejo no moralista- desnudarse menos y leer más. No sólo el código penal. Por ejemplo tratar con el dramaturgo español Enrique Jardiel Poncela. Le hubiera caído a pelo su cita “¿Quién dijo que cuesta más vestir a una mujer que desnudarla?”. En todo caso, la cuenta podría pagarla esta vez la misma calata.

No hay comentarios: