lunes, 7 de julio de 2008

Temores de Carretera

El fax que me envían de la II DIRTEPOL- PNP Chiclayo sobre un comparativo de accidentes de tránsito fatales, léase que acabaron en muerte, sólo confirma lo que en realidad vivo a diario cada vez que tomo un tramo de avenida y una carretera mayor rumbo a mi empleo. Este parque automotor, digo el regional o más en específico el local, es terrible en imprudencias, basto en maniobras evasivas –hay que reconocer- pero, a la larga, con importantes saldos que lamentar. (en Lima, los comparativos muestran más bien disminuciones en accidentes fatales)
En el primer cuatrimestre del año, los 47 accidentes de tránsito con muerte incluida equivalen al 42% de todos los que ocurrieron el 2006. Ese año fueron 112, seis más que en 2005. Sorprende gratamente que cada vez sea menos la ebriedad la razón mayoritaria. De hecho sólo cinco se han dado por este motivo. Ahora, y hace ya algún tiempo, ser imprudente –conductor o peatón- se vuelve la causa más recurrente, 53 y 36% respectivamente.
La seguridad vial atraviesa una transversalidad que recién se aborda oficialmente. Involucra la conducta de conductor y caminante. Y pasa por una educación que en el colegio, es apenas impartida como teoría: Veo cada día en el Puente peatonal que une al colegio Magdalena Sofía y el Parque Infantil a cientos de niños jugándole chibiría a la muerte al cruzar la Salaverry en uno de sus puntos más caóticos precisamente a algunas horas más caóticas.
La Oficina General de Defensa Nacional del Ministerio de Salud es la oficina responsable de la coordinación y ejecución de una urgente Estrategia Sanitaria Nacional de Accidentes de Tránsito. De acuerdo a sus propios objetivos, su desafío es no sólo lograr la baja de muertes y lesiones post accidentes sino sobre todo, modificar las conductas de riesgo entre los de arriba y los de abajo (léase quienes conducen y quienes caminan). Se han establecido para ello cuatro roles: rol científico, rol educativo, rol informativo y rol asistencial.
Lograr que el peruano y el chiclayano cambien debiera ser una cruzada nacional para abordar la prevención y el buen accionar. No pierdo la fe pero la veo difícil, porque aun con el parque en caos resultamos, cuando somos prudentes, a bordo del vehículo o a pie, resultamos indulgentes con el que te pasa en curva, el que no usó direccionales para dar vuelta, el que paró al taxi en medio de la acera y esa larga lista de etcéteras que se sabrá usted de sobra.
*Director de Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sipán
luisalarconll@gmail.com

No hay comentarios: