lunes, 7 de julio de 2008

Welcome, TLC

A espera de la sola firma de George W. Bush, el TLC está ya tan, tan cerca que de pronto comienza a insuflarnos miedo. Las reacciones en el Perú, luego de que el senado de los EE.UU. aprobara el Tratado por amplísima mayoría, han tenido ese tono, un tufillo de temor en el sentido de que si podremos con los estándares de calidad que se exigen internacionalmente, si lograremos los volúmenes de cantidad necesarios para satisfacer demandas de tamaño grande, o si seremos capaces de cumplir con las normas contextuales –sólo en lo laboral- sin las cuales al tratado simplemente se le daría marcha atrás desde el Norte… en suma si estaremos listos para competir como se debe.

Las preocupaciones tienen sentido. El país tiene potencial pero también malos manejos cuando se quiere. Nuestra imagen mejora a nivel internacional pero aun aparecemos (último reporte de hace un par de días nomás) en los rankings de corrupción. Se está solventando cuantitativamente un comercio formal, pero porcentualmente el comercio informal sigue en ascenso (y con él todas sus lacras, como la piratería). Hay más poder adquisitivo en sectores como el B, pero en el C siguen tocando fondo.

Como ya se han adelantado a decir varios especialistas, el TLC no es una realidad sino una coyuntura. Es decir, el resultado puesto en blanco negro entre dos países que mantienen un concubinato económico interesante: las inversiones de los EE.UU. en el país han aumentado de 1,486 millones de dólares a 2,677 en diez años; hemos aumentado nuestras ventas a la tierra del tío Sam de 1,980 millones de verdes a 3,173, si comparamos 2002 y lo que va de 2007, y las cifras siguen en una lectura que en realidad nos ponen al Perú como el más beneficiado de la relación de ida y vuelta.

La pelota, entonces, rueda en la cancha hace rato. Pero ahora que está más pareja, con el césped cortadito y los arcos pintados, también hay réferi y algunas reglas que cumplir; tanto acá como allá. Claro, para un país formal, como lo es más EE.UU. esperar que se cumplan resulta más realista que eso mismo ocurra en el Perú. Pero debemos hacerlo.

Una más: si salimos airosos de ésta, “nadie nos para”, como reza el eslogan de una nueva cerveza. De hecho, la puerta se abrirá de par en par, merced a que no sólo con el comercio con los EE.UU. es que se ha construido esta nueva imagen para el país, en la que. Lo repito siempre Perú ya está en la mira hace años: La Copa América, El Mundial de Fútbol sub 17, la elección de Maju Mantilla como Miss Mundo y ser sede para la APEC el año próximo están poniéndonos una y otra vez, en el centro de la atención. Son buenas condiciones, ahora con este primer tratado de libre comercio que firma los EE.UU. con otro país. No sería sensato no hacer todo lo necesario para aprovecharlo al máximo.

*Director de Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Señor de Sipán

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