sábado, 26 de julio de 2008

DILEMAS DE MOCEDAD

De las treinta y tantas preguntas que un grupo de alumnos de la Universidad Toribio Rodríguez de Mendoza de Chachapoyas han planteado a dos direcciones y la sede central del Gobierno Regional de Amazonas, para un trabajo sobre la atención que se brindan a solicitudes de información, tres que apuntan sobre la Dirección de Salud llaman mi atención.
No piden nada del otro mundo. Pero delata sus inquietos intereses generacionales. Curiosidad de jóvenes. Sin ponerse de acuerdo, Víctor Trauco, Jorge Tafur y Luis Yóplac han solicitado respectivamente, las estadísticas de afectados con depresión durante los últimos tres años, las estadísticas de suicidio en los últimos cinco años y los números generales de salud mental en la región Amazonas también para el reciente quinquenio.
A otro grupo de jóvenes, ya no partícipes en ninguna investigación, pero sí en un festival de cortometrajes les llama la atención en general temas que no distan mucho de los de sus pares de Amazonas. De los 35 cortos participantes elaborados todos por universitarios en un buen promedio delatan su inquietud hacia aspectos mentales, emotivos, de mucho conflicto interno propio y en varios casos con tendencias violentistas, tanáticas.
Uno de los cortos se titula “Entre sábanas y muñecas”. Es un relato de menos de 10 minutos que entreteje dos historias de incesto. Es chocante, fuerte y puede herir susceptibilidades. De hecho, eso ha pasado en la casa de estudios de donde proceden sus jóvenes autores, una universidad católica. Allí se le ha censurado, pero los chicos han sorteado la barrera de la censura y no sólo han participado sino que se han llevado un primer premio.
Un psicólogo defiende la propuesta temática. Me dice que en su consultorio esas historias se escuchan a menudo y que los internos de su programa de psicología del que él es autoridad reportan casos de incesto, violencia sexual, intentos suicidas muy de común.
Veo cifras de Instituto Guestalt de Lima y no le dejan mentir (unas 200 personas se han suicidado en el país sólo en lo que va de 2008 y se estima que se dan casi veinte intentos fallidos por cada suicidio efectivo). Las cifras de violencia sexual en el seno del hogar tampoco son como para no hacerles caso.
A los muchachos y chicas el tema les preocupa. Así lo evidencian en investigaciones y creaciones. A espaldas, muchas veces de lo que creemos les interesa quienes nos ocupamos de su educación. Será que es necesario orientar nuestras brújulas en dirección de las suyas.

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